Níger Madrigal: obra plástica y literaria
lunes, 1 de julio de 2024
martes, 21 de mayo de 2024
Cajita de fósforos: poema de Níger Madrigal para niños lectores coreanos
Portada de Cajita de fósforos
Poema Las luciérnagas traducido al coreano
Video clip de Cajita de fósforos
lunes, 11 de diciembre de 2023
miércoles, 22 de noviembre de 2023
jueves, 30 de junio de 2022
Cinco poemas de El
cuerpo sitiado (2010)
Níger madrigal
…su cuerpo ofrecido seguido como un sendero músculos mucosas nervios con hierbas bajo la piel ora quemadas en el candente verano ora diferentemente suave según el aguacero o el rocío su cuerpo que se estremece el redondo el plegado que responde secretamente con un pellizco de raíces en la dura rocalla de los huesos…
Werner Lambersy
Estado de coma
(geografía
del tiempo en la sangre)
I
La llaga comienza en una comisura inadvertida,
después lo invade todo. Sangre y tiempo
transitan el mismo cuerpo aquietado, envuelto en una lentitud de árbol que todo
lo registra en su corteza. El tiempo está en la sangre y la sangre en el
tiempo, tienen el mismo ímpetu y se volverán lentos de igual modo. La desnudez;
un traje de agua confeccionado para la tierra. El tiempo está listo, la sangre
dispuesta, pero la desnudez se halla inconclusa cuando la tierra ha iniciado la
llaga en una corriente que busca el hacia dónde. El cuerpo aún no se despoja de
sí mismo, queda la memoria, lo va reconstruyendo involuntariamente, le devuelve
el instinto, la lujuria y crece la llaga que lo viste de nuevo. La tierra lo
recuerda de un sueño: está inerte, bajo un sometimiento brutal.
II
Las venas son invadidas por un tiempo frío que apenas
avanza con la sangre; ambos buscan el calor de la piel, de los huesos, de las
vísceras, en un cuerpo abastecido por el delirio que va cayendo de la oscurana
como un largo baño de rocío. Porque el tiempo da sazón a las cosas amadas donde
los sueños tienen su medida exacta y son perfectamente navegables. El delirio
llega en el tiempo justo, en el invierno de la ciruela pasa del cuerpo, cuando los mínimos recuerdos le son un
festín recuperado y la grata compañía que lo mantiene ansioso.
III
Pero esta complicidad entre sangre y tiempo –a la hora de
escoger la ruta del amor– traspasa con una dulce embriaguez la poderosa
presencia de otros cuerpos intactos que ignoran lo incorruptible de la palabra
en los labios que nadie besó, entonces un signo los vuelve absurdos y no hay
más remedio que postrarse ante el imperio de la llaga; la hermosísima herencia
de la luz.
IV
La sangre fluye detrás de los sueños y a pesar de la
sombra; el tiempo es vértigo latente en las arterias. Hay tiempo acompasado en
la palpitación de un cuerpo amoroso convertido en llaga. La costra no se ignora
ni se olvida, porque es un dibujo indeleble que un día aparece ante los ojos y
ya no dejamos de mirar el crecimiento de sus ramificaciones como las de un
árbol sin fruto en el edén.
V
Se abre la pronunciación del último beso. Besar lo eterno
no es concebido en el cimiento del instante donde inician los verdaderos días
finales. Besar ahora es un símbolo inconcluso en el grabado abstracto de la
piel, en el desierto de una lengua amorosa que abarca el desierto de todos los
silencios. Los objetos silenciosos por herencia inorgánica, habitan la llanura
de una lengua no tocada por las sílabas paradisíacas del beso; sin embargo, los
nombres memorables, tocan la lengua como a una embarcación que es guiada hacia
un beso recién resucitado.
Cinco poemas
de Oscurana (2011)
Níger
madrigal
Recordar es saber lo que se ha
visto. Saber es recordar lo que se ha visto. Ver es saber sin recordar. El que
no tiene memoria no recuerda a Dios ni su oscuridad.
Orhan
Pamuk
Para
mi padre,
para
Teodosio García Ruiz por su amistad y su poesía.
I
La ceguera es un
sitio de sonidos inevitables, semejante a los grandes cuartos de las viejas
casonas donde flotan recuerdos que son ecos. La luz se neutraliza de igual
forma que en un océano a media profundidad. Los ciegos indudablemente son seres
de manos poderosas, despiertan nuevas virtudes en las yemas: adivinar,
fotografiar, recordar. Escogen los mejores ladrillos de la vida diaria y los
colocan uno sobre otro para formar cimientos en la vasta llanura de
Oscurana.
II
Mi padre entró a
Oscurana cuando su mano vacilaba ante el abismo igual que un astro dentro de la
palpitación del alba. Oscurana vibra en una envoltura de celofanes rojizos,
allí se reconsideran las formas que la memoria desenvuelve como regalos de
navidad para nombrarlas. Señorea la penumbra del insomnio y parece que los
seres vuelven de nuevo a su placenta, los ruidos son corpóreos se agrupan y
persisten en una migración infinita. La luz allí es una isla en el océano de lo
soñado.
III
Abro la puerta del abismo esperando que un ángel aparezca de nuevo y me
sostenga. Abro para encontrar a mi padre en su ceguera, a gatas, recolectando
migajas de vida persistente para recrear su lento morir. Abro este abismo de
ahogado a la deriva sobre la noche de un mar de sombras consumadas. De ese que
fui en la infancia lleno de asombro ante los primeros sueños, ya no queda nada,
pero insisto, abro esta puerta de herrajes olvidados y estoy parco, expectante,
deseando que un batir de alas agite el aire de la noche y sus reflejos. Nada
soy entre tinieblas sino un fantasma que desnuda sus recuerdos. En la memoria
uno es el que acomoda las cosas como mejor le parece.
IV
Todo
cabe en Oscurana sabiéndolo vislumbrar: acontecimientos fugaces, tarantín,
aeroplanos penetrando el cielo de la ciudad. Algarabía. Ruidos congregados
reposan sobre el tenso alambre del equilibrista que se abre paso y mide su ruta
en el laberinto reinventado de la mañana.
V
Unas alas vencidas y el esbozo de un cuerpo desnudo entre la
bruma, reposan sobre el tiempo religado en las manos que tocan más allá de lo
inasible. Me place estar en lo que he sido debajo de estas alas de blanquísimas
plumas y brutal transparencia. Si no fuera por la tierna luciérnaga entre sus
labios, la ceguera sería más insoportable: un avance forzado tal vez, un abrir
el abismo con la fuerza de una maquinaria inmensa.
lunes, 28 de junio de 2021
Níger Madrigal: incluido en antología hispanoamericana de poesía para niños y jóvenes
CAJITA DE FÓSFOROS
Antología
hispanoamericana de poesía para niños y jóvenes (Ekaré ediciones, Caracas-Barcelona, 2021)
En las ramas de la noche,
una constelación de luciérnagas
sigue la ruta del sueño en que viajamos.