domingo, 8 de julio de 2012

POEMAS de CUENTASUEÑOS (o las cuatro pasiones de Xicarú)


Cuerpo de ciudad fundada en la nostalgia

La noche era una estación de figuras congregadas

un visaje en las mallas cerradas del acahual

El destino reúne las cosas

-lo sabemos madre-

y el hombre las divorcia

Los firmamentos se marchan

se aleja su voz liviana de navajas

sus antorchas vidriosas en la improbable costa del amor

su aguacero de diamantes milagrosos

sus endechas fantasmales

El silencio se atraganta de vientos

de árboles flotantes

de plumas serenas esgrimiendo colosos invisibles

Lo intemporal del júbilo se mide en júbilos

en estrellas se cuenta el asombro

La noche era una providencia de cuerpos extasiados

oquedad arcillosa hurgada por nuestras risas

roída por la fiebre eufórica del placer

que producían no sólo los timbales

sino la palpitación ciega de una sangre

cuyo tránsito detenía los instantes de las sombras

en que adivinábamos el tiempo

En los relojes inequívocos de la selva giraban las horas

con su fábrica de cánticos secretos

anunciando las hebras sedosas del día

tendidas sobre un repasto de neblina

Apaciguada por una lluvia luminosa y prehistórica

cruza la memoria arrasando 

visión tras visión

suceso tras suceso

temor tras temor

(Los remordimientos son la espina dorsal de la memoria)

Como en una fotografía de la infancia

aquí la vida se aquieta

a susurros el viento ensambla leyendas

y la luz no pasa de ser una evidencia mansa

impresa en cercos minuciosos

Hemos muerto a diario con nuestros hermanos

contigo Xicarú inocente de la muerte misma

pecadora purísima

Querubín maternal de las más dulces pasiones

Riela el sol en una hoja invisible

en un hoja ausente nos ofrece a ternuras

su panetela

sus mazapanes

sus viandas de sombras advenedizas

Van miles de manos bulliciosas

a despertar estelas en la piedra

a desbordarse en una celebración

dispersa y permanente

Aparecen espíritus estáticos

lenguas que lamen himnos de agua

Ojos de animales que son dioses

y que miran la esfera saciada del tiempo

rodar sobre el acontecer de las negruras y las claridades

y unos pies que detienen la distancia en sus plantas

como afirmando que también la distancia es líquida

y que fluye si damos un paso

y que podemos ahogarnos en ella si corremos



Morir. ¿Cómo será morirse? Anoche soñé que moría, que mi madre me empujaba sobre astillas de vidrio; una de ellas atravesó mi espalda por el lado del  corazón; tronó la piel al ser traspasada. Entonces me despertó el aguacero contra  el tejado de asbesto de mi cuarto. Todo mi cuerpo estaba frío y tenía las manos  entrelazadas sobre el pecho.  Entonces supe la vida.


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