Montserrat y Melanie, niñas de Nacajuca, Tabasco.
Níger Madrigal ha hecho vida
de su nueva obra. Sol y noche, lenguajes cotidianos y sagrados, libélulas y
elefantes, palabras en castellano y en yokot'an, niños hablando, pintando,
soñando.
Un taller de grabado
infantil de la Casa de la Cultura Carlos Pellicer coordinado por el mismo
Níger, que además de poeta es artista plástico, fue el umbral para dar paso a
la luz de esta maravilla que convierte en afortunado a quien la tiene en las
manos.
Se llama Grafiantes.
Porque son niños, infantes, los que han hecho las gráficas. Es un libro. Pero
no solamente un libro. Incluye un disco compacto que libera las aves del idioma
yokot'an, hablado por los chontales de Tabasco. La traducción de los poemas de
Níger corrió a cargo de Auldárico Hernández Gerónimo. Un niño y una niña, Edwin
de Jesús y María Guadalupe, dicen los poemas en yokot'an mientras Candy
Montserrat, Elian y Melanie los entonan en castellano.
Los entonan porque casi los
cantan. En este libro más que libro todo canta. La poesía se apodera del mundo
y convierte el instante en fuente de tiempo vivo. En tiempo mágico en el que
cada arista de la realidad revela su sagrado origen, su brillante presente, su
futuro infinito, su pregunta esperanzada.
-Navegante, navegante.
¿A dónde vas con tu canción?
-A pescar viejos recuerdos
cerquita del corazón.
Aj baet, aj baet,
¿kada xe duk na k'ay?
Kä luke ono' kajti'ya
Kä sakän na sätijo' nätsä ta pusiká
Níger Madrigal hace alquimia
en este libro donde además de fundir en una sus miradas poética y pictórica
acude y nos lleva a la raíz de lo poético y a la casa del lenguaje en donde las
palabras se funden con el color y nos vibran en la piel de los sueños. El
sentido se sumerge como sabio pez en las aguas del castellano y del yokot'an,
que de lengua minoritaria se convierte en este libro en un pozo de estrellas en
el que nos asomamos para mirarnos transfigurados en nuestros mágicos orígenes.
La poesía de Níger ha sido distinguida con varios premios, en lo que respecta a su creación para niños obtuvo en 2007 el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños por su poemario Rutinero, que con ilustraciones de la artista argentina María Wernicke fue editado por el FCE. Con Grafiantes, Níger vuelve a ganar al otorgarse por entero a los niños, al fundir lenguajes, al derramar las perlas que como buen pescador de hermosura ha recogido en la noche tabasqueña, toda luna y toda palabra y aromas de selva bendita.
La poesía de Níger ha sido distinguida con varios premios, en lo que respecta a su creación para niños obtuvo en 2007 el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños por su poemario Rutinero, que con ilustraciones de la artista argentina María Wernicke fue editado por el FCE. Con Grafiantes, Níger vuelve a ganar al otorgarse por entero a los niños, al fundir lenguajes, al derramar las perlas que como buen pescador de hermosura ha recogido en la noche tabasqueña, toda luna y toda palabra y aromas de selva bendita.
Por las noches una iguana
caza destellos de luna,
y trepa por la corteza con su color
de piedras y hojas encendidas.
Ta ni ak'ä' untu juj
u k'eche' u yäts'i uj,
u täbo tupat u bonkan
ta ni ji'tum dok yopo tsäbäjtak
Los grabados que ilustran los poemas de Níger son luz pura, como las palabras en ambos idiomas, como la inocencia de la mirada que se abre sobre el misterio de cada ser, de cada animal, de cada astro o de cada asombro. Realizados por niños de 6 a 10 años justifican por sí solos el apelativo de maravilloso que no deja de asociarse al recorrer este volumen empastado -abrazado- en suave canela. Mirada, sabor, textura, música, aroma emanan de estas superficies donde asoman mariposas y lunas, soles y caballos y barcos y alma infantil, inocente y sabia, misteriosa y profunda, como la poesía de Níger Madrigal.
María García Esperón
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